Usa la Matriz de Eisenhower para categorizar tus tareas en cuatro cuadrantes:
- Urgente e importante (acciones inmediatas).
- Importante pero no urgente (planificación a largo plazo).
- Urgente pero no importante (delegación).
- Ni urgente ni importante (eliminación).
La clave está en identificar las tareas del segundo cuadrante, aquellas importantes pero no urgentes, porque ahí radica tu crecimiento personal y profesional. Planifica estas tareas y dedica tiempo exclusivo a ellas.
Ejemplo real: María, una diseñadora gráfica freelance, se dio cuenta de que dedicaba horas respondiendo correos electrónicos que no generaban ingresos ni relaciones clave. Aplicó la Matriz de Eisenhower y decidió reservar solo 30 minutos al día para correos y priorizar proyectos creativos que impactaran directamente en sus ganancias. En un mes, no solo aumentó su productividad, sino también sus ingresos. Además, empezó a rechazar reuniones innecesarias y a automatizar procesos como la facturación, lo que le permitió tener más tiempo para su creatividad.
Otro ejemplo: Luis, un emprendedor, identificó que pasar mucho tiempo en redes sociales le quitaba horas valiosas. Ahora, usa herramientas como temporizadores para limitar su tiempo en esas plataformas, enfocándose más en desarrollar estrategias para su negocio. Esto le permitió lanzar un nuevo producto tres meses antes de lo planeado.